¿Cómo diagnosticamos el asma?... pruebas complementarias

Como ya comentamos, existen otras pruebas que pueden ser útiles en el diagnóstico del asma, y estas pruebas son las siguientes:

Técnica cutánea del Prick: sirve para estudiar la posibilidad de que exista alguna alergia. En esta prueba se inocula en la cara anterior del antebrazo una pequeña cantidad de las sustancias que se quieren estudiar. En caso de resultar positiva se produce una pequeña inflamación, como un botón, en la zona de inoculación.


Pruebas de provocación bronquial: miden la sensibilidad de los bronquios a determinados estímulos. En el caso de los pacientes asmáticos esta sensibilidad está aumentada. Las pruebas de provocación bronquial, de manera similar a como se realiza la prueba broncodilatadora, requieren la realización de una primera espirometría normal y otra u otras posteriores tras la exposición al factor provocador elegido. Los factores provocadores más empleados son el ejercicio de los niños y una sustancia llamada meticolina. La respuesta a estos estímulos de las vías aéreas de los pacientes asmáticos es la obstrucción o estrechamiento.


Radiografía de los senos nasales: como se ha comentado, a veces los pacientes asmáticos tienen pólipos nasales, circunstancia que se puede asociar a la alergia a la aspirina.


Radiografía de tórax (del pecho): no es imprescindible para el diagnóstico del asma, pero a veces puede resultar útil.

Estos son los principales métodos, y una vez que hemos dado con la enfermedad y sus causas, sólo nos queda encontrar el mejor tratamiento posible

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Ventolín

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El día a día de un asmático